Acusaciones contra Judá | Malaquías 2:17-3:5 NVI

Acusaciones contra Judá | Malaquías 2:17-3:5 NVI

Dios denuncia a Judá de agotar su paciencia con sus murmuraciones en contra de él, creían ser inocentes y que no se merecían ser castigados y veían a Dios como el injusto que no castigaba a los malvados, pero sí a ellos. (Malaquías 2:17 NVI)

Los judíos estaban pasando por una especie de hambruna y por ello pensaban que Dios estaba siendo injusto, pues ellos se creían los buenos y juzgaban a Dios de ser bueno con las demás naciones paganas. (Malaquías 2:17 NVI)

Luego de confrontarlos, el Señor les habla de Juan el bautista, «el que prepara el camino» y luego de Jesús en el templo. Averiguando en las demás versiones encontramos al misterioso «ángel del pacto». (Malaquías 3:1 NVI)

«Ángel del pacto»: Puede que sea Juan el bautista. Por otro lado, si hay algo que hizo que Dios escoja a los judíos como su pueblo especial es su ferviente búsqueda a Él y pese a estar en una especie de hambruna y fracaso lo seguían buscando, por eso fue que Dios les prometió la venida del mesías y el mensajero deseado. (Malaquías 3:1 NVI)

Juan el bautista es ese jabón insoportablemente limpiador que Dios enviaría a los judíos insoportables, la tremenda personalidad fuerte de Juan haría que los judíos se arrepientan. (Malaquías 3:1-2 NVI)

Es muy importante «sentarse» al momento de trabajar y más si vas a maldecir a los demás, eso hizo Juan el bautista, se sentaba mientras mandaba sufrimientos a los levitas para que dejen de pecar, entendemos también que entre más valioso sea el metal necesita más fuego, el metal somos nosotros y el fuego es el sufrimiento. (Malaquías 3:3 NVI)

Una ofrenda justa es darle al Señor lo mínimo que se merece aún que lo mejor sería darle todo, ese mínimo es un diezmo y lo que te sobre de tus gastos. Una ofrenda aceptable, por ejemplo, es presentarle una oveja y lo contrario sería presentarle un cerdo, es decir, presentarle dinero robado. (Malaquías 3:3-4 NVI)

Abraham rechazó el regalo del rey de Sodoma, pero en caso de las ofrendas, tal parece que debemos aceptarlas aún que sea de un cobrador de impuestos, como la alcancía del templo en los tiempos de Jesús, pero Dios no lo acepta con agrado, por eso Juan el bautista haría que la gente dejara de pecar para que sean «ofrendas agradables». (Malaquías 3:3-4 NVI)

Una vez que Juan el bautista limpiaría al pueblo y luego de que Jesús les llenaría de sabiduría, entonces vendría Cristo por segunda vez para juzgar a todos, es decir, ya con la oportunidad dada. Juzgaría a los que juran falsamente y también los que no cumplan con su palabra. Explotar a los trabajadores. (Malaquías 3:5 NVI)

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