No paremos de orar con fé y Dios nos curará de todo mal que nos causaron y nos vengará. Ellos nos humillaron, pero Dios nos ordena a levantar la cabeza que sus palabras nos animarán. (Jacob 3:1-2)
Si no dudamos, siempre disfrutaremos de su amor. Si uno no deja de pecar, hace que su tierra, casa, trabajo, termine mal. Los lamanitas no eran tan pecadores como los nefitas aunque eran bastante malditos. (Jacob 3:2-3)
La diferencia entre lo inmundo y lo maldito.
Dios es justo, pues le quita al que peca mucho para dárselo al que peca menos, pero salva al remanente de los que pecan mucho. (Jacob 3:3-4)
Los de piel oscura son más justos. (Jacob 3:5)
De entre todos los pecados que cometieron los lamanitas obedecieron algunas leyes que Dios le dio a Lehi, como el de tener una sola esposa y no meterse con prostitutas y el amar a sus esposas e hijos, aunque no creían en Dios. (Jacob 3:5-7) Ver video
El odio a los nefitas fue heredado a los lamanitas por sus antepasados. Cuán importante es que nuestro rostro ilumine ante la presencia del Señor, de lo contrario se oscurece a causa del pecado. Es pecado discriminar por el color de piel, (a excepción para defendernos cuando ellos nos ataquen por un defecto físico), por eso Jacob les pide en otras palabras que se quiten primero la astilla de sus ojos. (Jacob 3:7-9) Ver video
Los padres pagarán los pecados de sus hijos. (Jacob 3:10-11)
Para no terminar como los ángeles caídos. Jacob nos habla de la segunda muerte como el apóstol Juan. (Apocalipsis 20:11)
Fornicación, un pecado desapercibido. (Jacob 3:11,12)
Tener relaciones sexuales a diario podría ser sano, pero en cualquier lugar y en cada momento o en público es pecado. Dios le dio la libertad al hombre de pecar, pero con consecuencias. Otra vez lo que leemos de estos libros solo es un resumen de un original. (Jacob 3:12-14) Ver video
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