La sunamita recupera su terreno ｜ 2 Reyes 8:1-6 NVI

Dios solo tuvo compasión de la sunamita, mientras que quería que todo su pueblo se quede sufriendo con la hambruna, al igual que salvó a Jacob y su familia, mientras que todos los cananitas sufrieron con la hambruna. (2 Reyes 8:1)

Hay veces en las que Dios quiere que suframos y nos quedemos en un país castigado con una hambruna, como también es su voluntad que escapemos. Cuando hablamos de hambrunas, casi siempre duran siete años.
La mujer apostó por la palabra del apóstol, arriesgó sus posesiones que tenía, dejándolo todo.
La sunamita había abandonado sus tierras, pero gracias a que en esos tiempos todo dependía del rey, fue directamente donde el «dueño del país» para recuperar todo, Dios había orquestado todo para que todos salgan beneficiados, comenzando con el empleado de Eliseo que tuvo un testigo para el milagro que le contó al rey, el rey que termino creyendo en el milagro y la sunamita que recupero todo gracias al testimonio de resurrección que dio.
Los beneficios de una hambruna. (2 Reyes 8:1-6)