Dios llevó a Enoc hacia el este, ahí vio una montaña cubierta de árboles donde brotaba del piso agua y de entre las flores destilaba la dulce sustancia «Neketro», Dios nos empuja a viajar a las montañas especiales donde encontraremos no solo drogas sino su presencia. (3 Enoc 27:29-32)
Canción: levantaré mi voz para tener visiones. (por el 40′) Ver video
Entre las hojas frescas destilaba el «Neketro» un néctar dulce y delicioso, también otros árboles como un árbol que se parecía al árbol de almendros, este tenía su nombre en el cielo: «Alma», era mejor que cualquier droga y más dulce que cualquier fruto, ángeles bailaban al ritmo de arpas doradas. No cabe duda que en el cielo veremos las cosas de la tierra, pero diferentes y con otros nombres. (3 Enoc 27:33-40) Ver video
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