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Dios creó la monarquía, Él creó la corona, el trono, todo esto para Él y los demás reinos en el cielo, pero quiso ser el único rey de la tierra, pero el hombre quiso un rey terrenal (Salmo 99:1 NVI).
Dios creó la monarquía, Él creó la corona, el trono, todo esto para Él y los demás reinos en el cielo, pero quiso ser el único rey de la tierra, pero el hombre quiso un rey terrenal (Salmo 99:1 NVI).
Hablamos de los niños de los pecadores, que cuando sus padres los corregían, estos niños los golpeaban o gritaban para humillarlos en público, así se comportan de grandes, odian la corrección del profeta, los gritan y golpean, como también a sus demás autoridades. (Éter 7:23-24 TJS)
Dios levanta profetas, luego les cuenta los pecados ocultos de un pueblo, para luego hacer que este los divulgue, y sirva de testigo contra ese pueblo (Éter 7:23 TJS).
Aunque Dios haga que todo el mundo se arrepienta, el pecado siempre terminará pudriendo a todos, la única solución para todo el sufrimiento, injusticia, crueldad, brujería, exceso, infidelidad, avaricia, violación, mentira, robo, idolatría, muerte, incesto, prostitución, perversidad sexual y todo tipo de maldad o pecado, es que El Salvador incendie por completo este mundo (Lucas 12:49), (Éter 7:23 TJS).
Ellos inventan teorías para entender como llegó la religión mesopotámica a América antigua, hablamos de las pirámides, obeliscos, entre otros signos, la verdad es que Jared y sus amigos, migraron desde la actual Irak (en la ciudad de Babel) hasta América antigua (Éter 1), quienes no se arrepintieron del todo pese a la gran oportunidad que Dios les dio y terminaron sembrando toda esa idolatría en la antigua América (Éter 7:20-22 TJS).
Dios es paciente con los malvados, porque no todos sus hijos nacen malvados, como por ejemplo Nimrod el hijo de Cohor (Éter 7:20-22 TJS).
Ellos utilizan presidentes para controlar al mundo, los manipulan a través de chantajes, difamaciones, y los encarcelan, a través de jueces, congresistas, senadores, etc., que compraron, sobre todo utilizan la democracia para gobernar y asaltar «modernamente» países.
Sobre todo visitemos a los inocentes que están en las cárceles, hospitales, a esos que son compasivos (Lucas 10:37) y temen a Dios, es decir, sobre todo amemos más, a los santos (Éter 7:18 TJS).
Ellos siguen conquistando países, pero de diferente manera, pues lo hacen de una forma en que los reyes conquistados queden como «presos por corrupción», cuando en realidad son «prisioneros de guerra». (Éter 7:18 TJS).