Dios hace tratos con el Diablo, Él le da lo que el Diablo le pide y el Diablo hace lo que Dios quiere, como un sicario suyo, de la misma forma tenemos esa autoridad, pero no permitamos que los demonios, el Diablo o sus hijos estén en nuestra mesa, casa, sinagoga, etc. Aunque podemos tenerlos frente a nosotros solo para darles órdenes o votarlos. Ver video

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